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De momentos vergonzosos a otros completamente inesperados. Esta es posiblemente, una lista llena de contradicciones y pensamientos ambivalentes.
Encontrarse en medio de la feria de arte de Bogotá (Artbo) conlleva una reflexión importante sobre la mirada que hizo de la feria lo que es el día de hoy, 15 años después de su inauguración: uno de los eventos más relevantes en materia de arte y estilo de vida para la ciudad y para todo américa latina, que incluye más de 300 artistas de diversos países (principalmente Colombia) y que apuesta como siempre lo ha hecho por reunir galerías, coleccionistas, compradores, estudiantes y artistas en torno a las expresiones mas recientes del arte contemporáneo.
De allí que todos los años las salas cambien tanto de temas centrales de desarrollo, puesto que un año tras otro las preocupaciones de los artistas cambian, quizá no de forma rotunda, pero si varían en cuanto a lo que se quiere expresar y cómo hacerlo. Partiendo de esto, Artbo 2019 (o el denominado por la CCB ‘Artbo15’) resultó en un ejercicio práctico para echar un vistazo a toda una contracultura que crece desde las nuevas generaciones de artistas, quizá con carreras inferiores a los cinco años, que se mueve en medio de grandes cambios políticos y sociales, y que como resultado surge toda una forma de pensamiento cargada de denuncia, ironía y sarcasmo. Artbo sigue con rumbo a convertirse en una de las ferias más importantes del continente, y ahora, con cada vez más y mayor exposición global.
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