La gala del MET que dejó al descubierto el rostro más patético del "periodismo de moda en Colombia"

Consolidad como la gala de la moda más importante en la actualidad, la gala del MET desarrollada año tras año por Anna Wintour (directora de Vogue USA) en el Museo Metropolitano de New York, de allí que prevenga su nombre, se viste con diversas temáticas que dejan que la imaginación vuele en un imparable carrusel que promete detenerse en las más inesperadas apariciones.

Y aunque la gala se celebra desde 1948 y ha gozado de grandes e icónicos momentos que han sabido poner la vara muy alta, la temática para el 2019 giraba en torno al Camp, un término acuñado por Susan Sontag en ‘Notes on Camp’ que describe un tipo de sensibilidad estética plagada de exageración, diversión y una oda por el lujo desbordado, que a su vez se debe respetar y tomar lo suficientemente en serio por su capacidad comunicativa y expresiva. De allí que el término haya logrado tomar gran popularidad en diversas comunidades tomando como emblema el flamingo, por su vivo color, exagerado plumaje y elegancia a la vez. Acto siguiente: una pink carpet inundada por personajes de la opinión pública enfundados en atuendos que hacían una completa reverencia a la exageración bien servida en la temática del año… El campamento.

El eco de que una reconocida revista nacional había hecho un análisis con base en la temático de campamento se regaba como pólvora y rápidamente lo que en un principio se consideró un mal chiste, se convirtió en el foco de burlas a (incluso) nivel internacional.

Resultaría imposible negar que el espectro más importante de la gala del MET (el dresscode y la buena finalidad por la que se realiza anualmente) fue un acierto completo y dio tanto buen material como hace mucho una de estas ediciones no lo lograba, inclusive con la ausencia de Rihanna y Ariana Grande, pero lo que si deja al descubierto este irónico hecho es la manera tan superficial con la que se tratan, desde el “periodismo de moda colombiano” esta clase de cubrimientos, y solo demuestran la falta de seriedad y respeto con la que se abordan estos temas. ¡Larga vida a los medios independientes!