En una industria multimillonaria, donde la constante reinvención hace parte del día a día, el concepto de reinterpretar prendas vintage, quizá por nostalgia, resistirse a olvidar una época “donde todo era mejor”, o por simple interés econcómico, resulta siendo una idea no solo llamativa sino además de gran interés artístico.
Es en este punto donde aparece Chez Snow Bunny, una boutique parisina que ha hecho su debut en grandes publicaciones, y se ha convertido en un referente directo para las tiendas vintage emergentes, elevando su stock con prendas de diseñador que van desde AVIREX, pasando por Cavalli, Mugler, llegando hasta Dior y Gaultier, limitando de esta forma su inventario a un selecto número de prendas que rondan los 250 euros, pero que han garantizado la circulación y reutilización de la ropa, objetivo primario de cualquier tienda de segunda mano.
Ha sido tal el éxito alcanzado por Chez Snow Bunny, que se ha colado en editoriales en colaboración con DAZED y hasta Gigi Hadid ha figurado con varias de prendas salidas de la tienda parisina. Además, el componente visual ha sido un área de enfoque para la marca, que sacando partido de su presencia en redes sociales, ha logrado conectar con su audiencia y llegar a latitudes muy lejanas a su ciudad base. Una muestra perfecta de la necesidad de no solo crear más, sino mejor tiendas vintage y de ropa de segunda mano.
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