Juan Pablo Garzón (@jpg.photograph), fotógrafo y reportero gráfico, acompañó las marchas más duras, tensas y sangrientas de este 2020. Aquí comparte su experiencia gráfica en exclusiva con The Fashion Reporter.
De nuevo a las calles, es lo que todo el mundo proclamaba luego de casi 5 o 6 meses de encierro en los cuales, además de una pandemia, Colombia se vio envuelta en miles de polémicas que se iban tapando por medio de la crisis; provocando en la gente esa ansiedad que tienen los perros luego de estar todo el día encerrados antes de dar un paseo, la misma ansiedad que hacía que fuera inevitable no salir a luchar. Para mí, era como de nuevo conectarme con la gente, con su ira, con su forma de abordar la calle, con sus nuevas motivaciones y con los compañeros que al igual que yo, siempre estamos ahí para ser la voz del pueblo, por medio del arte.
La primera vez que volví a salir, se sentía la sed del tropel de ambos lados; ESMAD y protestantes. Siempre desde el comienzo, con ansias, iban destruyendo todo por las calles, los protestantes y la policía siempre detrás, con una calma inminente pero dirigiendo a la multitud hacia el propio “matadero”. Una vez llegamos a Corferias y nos encontramos de frente con el ESMAD, empezaron a desviar a la gente hacia dentro del barrio con el fin de encerrarnos entre cuadras, una vez dentro de ellos, ¡así fue!
Encerraron a toda la gente en medio de una cuadra, obstaculizando el paso por ambos costados de la calle y empezando a lanzar gases adentro como si no les importara en lo absoluto la vida de ninguno de los que estábamos allí. Luego de gasear toda la cuadra y abrir un pequeño hueco para que la gente corriera, empezaron a hacer “cacería de brujas”, así le dice la gente en la calle, cuando comienzan a agarrar a cualquiera que se deje coger y llevar, sin importarles en absoluto cualquiera de los que allí estábamos.
Por lo general, siempre es así, piedras van y gases vienen, pero creo que luego de la cuarentena se siente un despertar. Se siente como en las calles la gente lucha con más motivos, con más convicción, sin el miedo de antes. Es verdad que quizás la forma de abordar la marcha no sea la mejor en cuanto a “vandalismo” ( como lo llaman), pero en mi opinión, es la mejor forma de demostrar el descontento y la inconformidad que se tiene con todo lo sucedido, porque nos dimos cuenta de que pacíficamente, no se logró nada, no se nos tomaba en serio saliendo a la calle a besatones, abrazatones y demás muestras culturales.
Como fotógrafo, no es una sed de incitar a la violencia, son mis ganas de retratar lo que en realidad conmueve a la gente, lo que de verdad por dentro los hace estallar de emoción o rabia; y eso intento transmitir con mi lente. Desde mi perspectiva, estoy ahí para el pueblo, siempre para capturar lo que pasa, como una voz de aquellos que lo necesitan. Esa persona que por medio de su arte, puede destapar muchas injusticias que se viven en la movilización, y poder mostrar lo que por tanto tiempo se nos ha callado, no importa en qué tanto riesgo nos pongamos, creo que al final, suena difícil, pero moriremos felices haciendo lo que amamos y si en nuestra memoria queda nuestro arte, seguiremos saliendo; luchando desde lo que sabemos hacer, tomar fotos, pero siempre siendo un apoyo más en la lucha. ¡Hay que salir y luchar! No podemos conformarnos con lo que tenemos que está mal, cada uno desde su saber, su campo o sus ideales debe reaccionar, porque solo nosotros podemos cambiar nuestra realidad.
Este artículo fue escrito por Juan Pablo Garzón para TheFashionReporter.net. Su publicación no presenta sin ningún tipo de modificación o edición, y no representa o compromete directamente las opiniones del medio de prensa. Desde The Fashion Reporter seguiremos apoyando la libertad de pensamiento, de prensa y las causas justas.
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